Traducciones

Una absurda carga de trabajo universitario se tradujo en una noche de jueves sin poder cerrar los ojos, acto que concluyó en una mañana de viernes agria, muy agria, semejante a un desayuno de limas, sí limas, aquel fruto apenas colorido verdiazulmente de sabor inolvidable una vez probado por el paladar: nunca dulce, siempre amargo, nunca débil, falsamente fuerte, siempre cobarde, como buen cítrico que… por alguna extraña razón me fascina el olor a cítricos, mmm! el tan sólo recordarlo.
Una vez terminada la mañana, dio inicio la tarde de viernes, un viernes atípico de escasos minutos de clase, de incipiente comunicación con la gente, diminutas esperanzas absurdas de minuto a minuto cada vez sentirme mejor, insaciable garganta desesperadamente aniquilada por una León, realidades dolorosas apenas visibles a través de las ramas encrucijadas en una mesa lejana, decepcionante línea del futuro, inalcanzables proyectos en inapropiados momentos falsos de sonrisas, abrazos, palabras que evocaban la palabra “practicidad”.
Consecuentemente la noche se caracterizó por ser peor, más líquidos faciales, horizontes familiares nada agradables, desesperación, hartazgo, valemadrismo y finalmente, la llamada de un desconocido despidiendo las palabras “Dulces sueños”. Obviamente en esta noche no hubo ni dulces que probar, ni sueños que tener, sólo cerré los ojos, por fin cerré los ojos por escasas tres horas. Ciento ochenta minutos que revitalizaron mi cuerpo para más tarde iniciar la búsqueda fructífera de “Baby 81” apropósito, creo que la obra es casi perfecta; el encuentro de “Darklands” también fructífero, pinche JAMC ¡no tienen madre! musicalmente desolador, líricamente agresivo como un revolver en mano a punto de ser disparado a tu siempre amante…sin palabras; y “Volta” exploración no fructífera, se agotooooó, increíblemente agotado, hasta el día domingo habrá mas copias.
¿En que se traducirá la noche de hoy? ¿En mi cama? ¿Durmiendo en Darklands con mi Baby 81?

Eso aún no lo sé… se aceptan propuestas.