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Aún continúo preguntándome el ¿cómo fue?,
y aún no tengo respuesta, el gran y radical
cambio de personalidad, esencia y misticismo en él,
más no la sinceridad, la amada sinceridad que
nos ha vigilado desde el inolvidable momento
de conocernos y aún no visiblemente momento
de encontrarnos.

La incógnita persiste, ¿por qué fue?,
quiero creer que no lo sé,
el propio ciclo involutivo de la vida: el sentimiento,
el amor, el trabajo, la profesión y todo el conglomerado
de trofeos de los que la sociedad suele enorgullecerse.


La cuestión es ¿en qué momento fue?,
la respuesta es “There´ll be no better time,
there´ll be no better way”… pudo haberme
dicho Mr. Ashcroft. La austeridad y nula
abundancia del ciclo fatídico ya comentado,
fueron el fin del viejo proceso e inicio
del nuevo proceso.

El sentimiento ahora es,
alegría, ilusión y encanto,
incompatibles de momento… por supuesto;
irreconocibles al momento… por supuesto.

La sencilla y única incógnita resuelta es
¿Y la realidad?, la realidad es que
tu amistad innegablemente y siempre es aceptada,
conservada y preservada en el peor,
mejor y finalmente incuestionable
momento de nuestras diminutas vidas