¿Aceptas?

Vayamos a las rocas,
hambrientos escalemos y
extrañémonos en el intento
de estrellarnos y destrozarnos.

Si llegáramos a necesitarnos,
ya no habrá problema,
pues no me encontrarás
para saludarme, abrazarme
y siquiera desnudarme.

Refugiémonos en la distancia,
la gran brecha insolente
entre tu fidelidad y
mi sinceridad.

Separémonos sin tristeza,
reviviremos en el ocaso,
donde todos duermen,
la mayoría olvida y
a nosotros resguardaría.

Suicidémonos en el ensayo
de separarnos y algún día
reencontrarnos.