La dualidad en mi individualidad
La dualidad en mi individualidad: como mi problema y como mi solución, se desarrolla a partir de mi contradicción, mi bipolaridad, mi reacción a una acción, mi naturaleza, mi sinceridad, mi esencia volátil y etérea... no lo sé. Mi ego es el que hace me sienta amada e importante para alguien o para todos, me hace creer incluso que la gente me necesita y además me quiere, por el contrario, mi tristeza me hace ver que soy el ser más inútil, el objeto reemplazable y devaluado con el paso del tiempo. En la cumbre del encantamiento por un hombre, puedo llegar a sentirme idolatrada y sublime, en consecuencia, resucita mi polo caluroso, el candente, el más besucón, el complaciente con el caballero en cuestión; sin embargo, en el descenso y desilusión por el desprecio de un hombre, revive mi polo invernal, capaz de congelar las lágrimas y endurecer el corazón, cerrar mis labios, encoger mi cama. Ante una amistad, mis brazos se extienden y mis labios hablan, incluso mí estomago se manifiesta y vomita mi pasado, mi presente y mi futuro: mi historia, mi cuerpo se confiesa pues lo entrego desnudamente sin temor a ser juzgado, evaluado o adjetivado. Pero, una vez sentido, observado el abandono, desinterés y la traición, los brazos se cruzan, mis ojos evaden, mi voz endurece, mis palabras recrudecen hasta lograr evitar e ignorar. Una mirada sumisa y triste, un cuerpo desnutrido, un par de ojos que esconden secretos, el rechazo de las masas, la impopularidad: son las características que hacen enamorarme de un hombre; su soledad lo hace más atractivo, su seriedad me impresiona, su aislamiento me acerca, su tristeza me magnetiza, su extrañeza me seduce. Sin embargo, la transformación de esa bella peculiaridad a un común denominador, lo convierte en un objeto indeseable, en un hombre, sólo eso, un hombre que pierde mi interés, mi cariño, admiración, placer, simplemente deja de inspirarme, dejo de sentirlo.
Finalmente la dualidad en mi individualidad es… No sé … Soy Yo, asi soy, ¿Cómo soy? ¿Qué soy?
Finalmente la dualidad en mi individualidad es… No sé … Soy Yo, asi soy, ¿Cómo soy? ¿Qué soy?
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