jueves, 13 de agosto de 2009

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Me había olvidado de usted, no… no crea que yo creo en el olvido y mucho menos de usted podría olvidarme, usted señor Páramo que me ha acompañado en largos trayectos y espinosos sucesos de mi vida, además, no se puede borrar lo que se tiene bien clavado, lo que aún te hace sufrir, lo que te alienta a derramar las lagrimas y por supuesto, lo que te hace reír y en algún momento te ocasiono placer, pero usted es caso aparte, usted es un sabio, pero no de esos comunes que han tenido el privilegio de pisar la universidad o grandes centros de estudio e investigación, no, no, usted es todo un conocedor y entendedor de la naturaleza, de la cual emana el verdadero conocimiento, el saber de la tierra, el cultivo, el temporal… dígame, ¿acaso se puede quitar de la mente a alguien como usted? Pedro Páramo conoce su realidad y entiende otras tantas, siente y sabe su entorno, entiende la relación que existe entre el hombre y la naturalaza, el hombre y el hombre, el hombre y la muerte, yo no soy nadie para juzgarlo y siquiera para decir lo que es, sin embargo, le puedo confesar lo que significa para mi, y lo mucho que he pensado en usted en estos últimos meses… la división entre el tiempo y el espacio… usted me ha ayudado si no borrarla por lo menos difuminarla, incluso transformarla, y es ahora cuando más lo necesito, necesito de su inmunidad, el dolor carcome y conduce a la desesperanza, necesito de su conocimiento para enfrentar una realidad, ayúdeme a disfrutar de la sencillez, de lo simple, lo elemental, el aire, la oscuridad, lo verde, la luz… “El aire nos hacía reír; juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento, hasta que se rompía con un leve crujido como si hubiera sido trozado por las alas de algún pájaro. Y allá arriba, el pájaro de papel caía en maromas arrastrando su cola de hilacho, perdiéndose en el verdor de la tierra”1 ayúdeme a contemplar la desnudez de la vida, ayúdeme a reír de ella, aconséjeme en el arte de sanar sin haber cura, déme fuerza, nuevamente necesito sus palabras Pedro Páramo.
1. Rulfo, Juan. Pedro Páramo. México, editorial Plaza Janés. 2003. pp.25 - 26.

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