Postal de un recuerdo aún no vivido
Jueves 18 de Enero. 11.50 PM.
Aún cuento las horas, veo girar las manecillas del reloj y no dejo de imaginar al alemán mirándome fijamente a los ojos con un extraño utensilio en mano, el cual emite un resplandeciente brillo azul, azul como el limpio y claro cielo de abril. Nerviosa no estoy, o no lo sé, pero ansiosa sí, solo deseo desesperadamente que den las ocho de la mañana para que dé inicio el ritual médico del cuál nunca he formado parte, solo imagino una sala con grandes y extrañas maquinas producto de los impresionantes avances tecnológicos, dónde habitan cuatro individuos, no logro distinguir sus rostros, posiblemente sean los hombres de Clinic, quienes están a mi lado con sus bellas y puras batas blancas recitando “Welcome”y a su vez diseccionando lentamente mis inútiles corneas. ¿Qué es esto? Esto… esto es solamente mi imaginación.
Aún cuento las horas, veo girar las manecillas del reloj y no dejo de imaginar al alemán mirándome fijamente a los ojos con un extraño utensilio en mano, el cual emite un resplandeciente brillo azul, azul como el limpio y claro cielo de abril. Nerviosa no estoy, o no lo sé, pero ansiosa sí, solo deseo desesperadamente que den las ocho de la mañana para que dé inicio el ritual médico del cuál nunca he formado parte, solo imagino una sala con grandes y extrañas maquinas producto de los impresionantes avances tecnológicos, dónde habitan cuatro individuos, no logro distinguir sus rostros, posiblemente sean los hombres de Clinic, quienes están a mi lado con sus bellas y puras batas blancas recitando “Welcome”y a su vez diseccionando lentamente mis inútiles corneas. ¿Qué es esto? Esto… esto es solamente mi imaginación.
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