Te invito...
Te invito…
Sumerjámonos en un abismo plagado de mantos claroscuros, a veces completamente negros, otras tantas plenamente lucidos. Inhala, exhala, inhala, ¿listo?… ahora sumérgete, desciende sin miedo hasta ensordecer hasta procurar escuchar la nada en la nada, ¿lo sientes? Es la sensación de soledad más pura que hayas sentido alguna vez, es el lugar escasamente visitado por todos, es el infinito laberinto por el que siempre has deambulado y pocas veces te has percatado... emerge e inhala nuevamente …¿lo has hecho? Desciende otra vez y las veces que sean necesarias hasta lograr olvidar que necesitas oxigeno, hasta obtener olvidar que sabes respirar, incluso hasta dejar de desear emerger. Un, dos, tres pasos y uno más, pierde el miedo, es tu espacio, es el único lugar en el que eres libre, en el que nadie y sólo tu puede observarte, no tengas miedo, aún no es hora de sentirlo, tampoco te confíes demasiado, puedes sobrepasarte y perder el control. Tranquilo, deambula, comienza a tocarte, palpa, manosea para reconocer lo que ya conoces pero prefieres desconocer. Todo parece ser árido, cinco, seis, siete, ocho y nueve pasos más, continúa pareciendo desértico, dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno y veintidós, aquí es donde el ambiente comienza a cambiar, y eso es porque ya estas reconociendo, ¿ hay felicidad?, ¿sientes deseo?, continúa, sigue, no te detengas, dime …¿tienes dolor?, ¿necesitas desahogarte?, en la medida en que avanzas los sentimientos se intensifican, quizá para este momento ya te estás resquebrajando por lo profunda impotencia de no poder actuar, no te desesperes, no debes perder el control o estallarás, permítete continuar, ahora en un profundo bosque húmedo de espinas, ¡auch! Duele, ¿verdad? Siempre hiere la inmersión a las profundidades mentales, sin embargo, es un dolor necesario para saber lo que eres, es un proceso de introspección catártico, ¿eres capaz de soportar más? O ¿por ahora ha sido suficiente?
¿Deseas emerger?
Aquí es donde puedes revivir lo que ya viviste …la muerte, el abandono por parte de tu ser amado, tu abandono al ser que nunca has amado, las lagrimas por todo aquello que has tenido que llorar, el adiós, el beso, la confesión más intensa, las transparencias de una sabana, la enfermedad nunca sanada, la herida aún sangrante, la erección de tu espíritu ocasionada por tu única o preferida pasión, aquella página de libro que puedes recitar y sientes marcar en la piel letra a letra, una estrofa coreada por miles de voces, la fumarola que nunca desaparece y permanece girando y girando, el trago más amargo y más caro en la garganta, aquella mirada cristalina, el periodo de extravío físico en la inevitable depresión, todo está aquí, tú estás aquí, yo estaré aquí.
Te invito a sumergirte… en un Recuerdo
Sumerjámonos en un abismo plagado de mantos claroscuros, a veces completamente negros, otras tantas plenamente lucidos. Inhala, exhala, inhala, ¿listo?… ahora sumérgete, desciende sin miedo hasta ensordecer hasta procurar escuchar la nada en la nada, ¿lo sientes? Es la sensación de soledad más pura que hayas sentido alguna vez, es el lugar escasamente visitado por todos, es el infinito laberinto por el que siempre has deambulado y pocas veces te has percatado... emerge e inhala nuevamente …¿lo has hecho? Desciende otra vez y las veces que sean necesarias hasta lograr olvidar que necesitas oxigeno, hasta obtener olvidar que sabes respirar, incluso hasta dejar de desear emerger. Un, dos, tres pasos y uno más, pierde el miedo, es tu espacio, es el único lugar en el que eres libre, en el que nadie y sólo tu puede observarte, no tengas miedo, aún no es hora de sentirlo, tampoco te confíes demasiado, puedes sobrepasarte y perder el control. Tranquilo, deambula, comienza a tocarte, palpa, manosea para reconocer lo que ya conoces pero prefieres desconocer. Todo parece ser árido, cinco, seis, siete, ocho y nueve pasos más, continúa pareciendo desértico, dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno y veintidós, aquí es donde el ambiente comienza a cambiar, y eso es porque ya estas reconociendo, ¿ hay felicidad?, ¿sientes deseo?, continúa, sigue, no te detengas, dime …¿tienes dolor?, ¿necesitas desahogarte?, en la medida en que avanzas los sentimientos se intensifican, quizá para este momento ya te estás resquebrajando por lo profunda impotencia de no poder actuar, no te desesperes, no debes perder el control o estallarás, permítete continuar, ahora en un profundo bosque húmedo de espinas, ¡auch! Duele, ¿verdad? Siempre hiere la inmersión a las profundidades mentales, sin embargo, es un dolor necesario para saber lo que eres, es un proceso de introspección catártico, ¿eres capaz de soportar más? O ¿por ahora ha sido suficiente?
¿Deseas emerger?
Aquí es donde puedes revivir lo que ya viviste …la muerte, el abandono por parte de tu ser amado, tu abandono al ser que nunca has amado, las lagrimas por todo aquello que has tenido que llorar, el adiós, el beso, la confesión más intensa, las transparencias de una sabana, la enfermedad nunca sanada, la herida aún sangrante, la erección de tu espíritu ocasionada por tu única o preferida pasión, aquella página de libro que puedes recitar y sientes marcar en la piel letra a letra, una estrofa coreada por miles de voces, la fumarola que nunca desaparece y permanece girando y girando, el trago más amargo y más caro en la garganta, aquella mirada cristalina, el periodo de extravío físico en la inevitable depresión, todo está aquí, tú estás aquí, yo estaré aquí.
Te invito a sumergirte… en un Recuerdo
1 comentarios:
creo que deja de ser invitación, cuando gran parte de tu vida la haz pasado en ese lugar, cuando las cosas que más quieres se van desintegrando, cuando la soledad no parece tu libertad si no tu condena, la verdad estoy harto de sentir eso, prefiero salir huir de eso, no me gusta.....pero gracias por la invitación
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