Ausencia
Repensar mi futuro me convierte en un desesperante desaliento, me fatigo y obligadamente me recuesto dejando pasar el tiempo, más tarde me incorporo con el deseo de poder sentirme mejor sin embargo, resulta inútil pues, aún no sé como canalizar la impotencia y a su vez tristeza por la pronta ausencia que se acerca día a día, a veces se transforma en ira, a veces en indiferencia, otras tantas en nada, pero finalmente en… lagrimas.