Pinche Bowie...

Pinche Bowie, como siempre Cygnett Committe responde a la crueldad humana, obedece a la revolución individual de todos los anfibios, no… no todos, sólo algunos, exige la inconciencia amorosa de los amorosos, destruye paradigmas, altera mis pensamientos por instantes de más de diez minutos, agota mis cuerdas bucales pues no puedo hablarla sino gritarla, me acercas la miseria a tan sólo milímetros cuando “My friends talk of the glory” y yo no tengo de que hablar, me arrodillas cuando pienso y recuerdo, luego entonces, pierdo la ilusión ya que “so much has gone and little is new” , el humo y el polvo no son nada cuando te escucho… son sólo un estimulante que puede ser no necesario, la excentricidad no es nada, la razón se pierde, el reloj transcurre sin prestar atención, inicia la película de mi vida, donde las escenas más importantes son las que otorgan el papel principal a la música, al Rock and Roll, como aquella escena en que después de cenar nos contemplábamos Paris y yo, escuchando algo que no entendíamos pero sentíamos; Bowie… ya párale, por favor! Quizá ya ni entiendo pero te siento.

THE VERVE

"THE VERVE"

DE REGRESO

"Actividad sabia, pasividad sabia"

“Actividad sabia, pasividad sabia” repite Huxley; lo escucho, lo pronuncio, lo escribo y aún no sé qué es, no entiendo y creo que no deseo entender qué es la sabiduría, entonces, sólo creo suponer qué es: la honestidad, sinceridad y placer en el actuar del ser humano. Me parece así que la sabiduría se convierte en una figura inalcanzable, pues escasas veces los seres humanos actuamos con honestidad, sinceridad y placer. “Actividad sabia, pasividad sabia”, en mi breve historia por la tierra, puedo hablar de pocos actos activos y muchos pasivos, pues me entretengo en el contemplar, proyectar, siempre imaginar pero sin actuar.

Auto corrompo mis pasos, transgredo mi conciencia, violento mis decisiones, abandono la actividad para acompañar la pasividad, es por eso que constantemente creo que la pasividad es la salida más fácil, sin embargo, en ocasiones, creo que es la más compleja… o quizá simplemente no hay forma de saber cuál es la mejor, cuál es la peor, cuál la más placentera, cuál la más hiriente; el punto es entonces dejarme llevar por una u otra, ambas me conducirán a un nuevo escenario, el cual tendré que experimentar.

No debo elegir entre la actividad y pasividad, simplemente debo caminar con ambas, la realidad me dirá cómo, cuál y en qué tiempo.

“Actividad sabia, pasividad sabia” repite Huxley.

Viernes

Tráfico embriagante, música masivamente bailable y personalmente insoportable, palabras al oído de algún desconocido y un celular vibrante… todo así transcurría, mi cuerpo casi se desvanecía por el efecto relajante de una galleta crujiente verde y mi mente se perdía en tan sólo algunas letras provenientes de Head Music, traducidas en palabras, transformadas en canción, convertidas en dolor:

“All the people in your life say you’re down… and you’re down”
Brett Anderson

Travis se agenda

En el transcurso de la siempre indignante espera por un boleto de entrada, reflexiono y resuelvo que la indiferencia ha sido nuestra arma letal, tu anestesia me desconsuela y mi desobediencia te altera; la fluidez de nuestra vulnerabilidad reconoce la culpabilidad de mantenernos a tal distancia de no poder tocarnos, sólo imaginarnos bajo circunstancias probables, sólo una vez reales. El punto en el que podamos converger algún día no está lejos, el punto en el que podamos divergir no está lejos, por lo tanto, experimentemos en el momento de estar juntos: riamos, lloremos, toquémonos, cantemos, embriaguémonos, leámonos, acariciémonos, escuchémonos, hablémonos… en silencio y en estruendo. La espera termina, la taquilla se acerca y Travis se agenda.

Sólo para Ti que pareces entenderme

Maldito JAMC, ¿Por qué no te detienes tan sólo un momento? ¿Por qué de una vez por todas no dejas de herirme? ¿Por qué no te detienes y dejas de acribillarme en la cruz tal cual ese personaje mítico llamado Jesús? ¿Cómo chingados puede haber tanta tristeza en tan sólo diez, veinte, treinta segundos? ¿Cómo puedes ser tan musicalmente agresivo? ¿Cómo obtienes ser tan radicalmente desolador? ¿Por qué eres tan intenso que siquiera puedo describirte? Ni siquiera puedo pensarte por más de tres minutos porqué me desvanezco; verdaderamente no te entiendo, dime ¿Cómo haces para engañar a tus escuchas, reseñistas, conductores, locutores? Haciéndoles creer que eres tan simple, cuando la verdad es que eres tan complejo, finalmente soy la primera persona que tampoco comprende porqué soy tan pero tan simple y llana. ¿No crees que ya es suficiente todo tu legado?, no soportaría una grabación más, ya no más, por favor. ¿Por qué tu lírica es tan insensible que me hace ser la más sensible? ¿Por qué tus acordes violan mis sentidos a punto de desbordarlos, desangrarlos, desquiciarlos, desahogarlos, casi matarlos? ¿Por qué llegaste justo en los peores años de mi vida? ¿Por qué te escucho ahora que estoy tan vulnerable? ¿Por qué me haces sentir que soy nada? ¿Por qué ahora que soy tan susceptible de amar, de odiar, de confesar, de llorar, de nunca olvidar? Brindaré por darklands, brindaré porqué encuentro escasas formar de actuar, porqué la tempestad se ha vuelto la realidad, brindaré por las heridas de ser “culera, elitista, mala amiga, envidiosa”, brindaré por la perdición porqué no encuentro forma de ganar, porqué está noche serás mi you´re the one, por our nine million rainy days, brindaré por down on me, por reverence, brindaré por ti JAMC.

Voluntades Pesimistas

No sé aún cómo debo explicarlas, es más, no sé qué es, ni cómo se come, ni por dónde empiezan, pero sí sé a que saben… las voluntades pesimistas; es un hecho que alguna vez te has encontrado a una valiosa personita que enciende tu vida, recrea tus paisajes, alimenta tu inconciencia, te invita al peligro, aventura tu destino y conquista tu espíritu. La verdad es que esas personitas son eso a lo que llamo Voluntades Pesimistas, a lo que Cave llama Rye Whiskey, es la Sally de nuestros grandes poetas, la Black Betty deseada, la Black Star cayendo. Saben a impaciencia cuando no las ves, saben a satisfacción cuando las enfocas, se traducen en placer cuando las tocas, son éxtasis mientras las gozas, son dolor cuando se van y se extrañan cuando no están. Estás en la cama, después de una gran lectura, después de un alcohol, después de un tabaco, después de un día de trabajo, después de un día de no verla y… tu cerebro no descansa, tu cuerpo pide verla, por lo menos unos minutos, por lo menos saludarla, por lo menos escucharla, siquiera olerla; una vez que logras cerrar los ojos está ahí nuevamente, tu sueño recrea la escena en que la encuentras, la saludas, la abrazas, hablan por largo tiempo, incluso, bailan deliciosa música suave. El punto es que todo es bien dulce, bien salvaje, bien extraño, bien ordinario, bien exótico y no importa, todo está bien. Sabes qué te hace daño, sabes que no debes, sabes que hiere, sabes que es un puñal en las entrañas pero te gusta, lo disfrutas, lo lloras, lo deseas.
¡Ayyy malditas Voluntades Pesimistas!

Seguiré hablando de ellas en otro momento, por ahora mis líquidos faciales me han traicionado.

Ahora sí estoy hasta la madre!

Hoy es una de esas mañanas en que no encuentro como explotar la cantidad exorbitante de ira, coraje, tristeza, decepción, desilusión y millones de sentimientos más; es que verdaderamente me desperté pensando ¿Qué chingados hago aquí? ¿Qué otra desgracia está por suceder en la familia? ¿Acaso hay aún más dolor? ¿Todavía no es suficiente? Y pensar que debo ir a la Universidad, ver el sol, encontrarme con personas que no deseo ver, descubrir que la voz que evoca “practicidad” es una falsedad interminable y desdeñable, escuchar la cantidad de conocimientos que por ahora me resultan intangibles, superfluos, abstractos, registrar mi tesis… ¿Qué más? Es cierto que a lo largo del día me encuentro con una o por lo mucho dos personitas que salvan el día, es cierto que mi música salva mi día, y no sólo eso, también mi vida, es cierto que los últimos cientos de hora el alcohol y la mota me han ayudado a suspenderme, es cierto que nuevamente el sexo ha estado, sin embargo, aún no encuentro algo que me ayude a sanar completamente.

Ahora sí estoy hasta la madre!, sé bien que todo ser humano se preocupa sólo por sí mismo, por ello sé bien que a nadie le importa leer esto, no importa, sólo quería sacarlo, todos continuen girando en su pequeño mundo de felicidad o infelicidad, disfruténlo mientras dure.

¿Aceptas?

Vayamos a las rocas,
hambrientos escalemos y
extrañémonos en el intento
de estrellarnos y destrozarnos.

Si llegáramos a necesitarnos,
ya no habrá problema,
pues no me encontrarás
para saludarme, abrazarme
y siquiera desnudarme.

Refugiémonos en la distancia,
la gran brecha insolente
entre tu fidelidad y
mi sinceridad.

Separémonos sin tristeza,
reviviremos en el ocaso,
donde todos duermen,
la mayoría olvida y
a nosotros resguardaría.

Suicidémonos en el ensayo
de separarnos y algún día
reencontrarnos.

La fragmentación

La fragmentación de un ser puede caracterizarse por su destrucción absoluta, debido al separatismo de su esencia y explosión de su conciencia, también puede distinguirse por un despertar sistemático de los cinco sentidos, y por la autonomía de su existencia sumisa y pasiva.